"Un cambio de mente para amar nuevamente"
“Vívelo todo, no te arrepientas de nada”: esta es una frase instagramer, pero está muy lejos del verdadero Evangelio. Hebreos 6:1 habla del arrepentimiento como un fundamento básico de la vida de quien decide caminar con Cristo. El Espíritu Santo nos llama a desempolvar esta verdad básica y abrazarlo para avivar las llamas de nuestro amor por Jesús.

El concepto
Viene de la palabra griega Metanoia que significa cambio de mente, pero va mucho más allá de un descubrimiento de algo que antes no considerabas o tener una opinión renovada. El verdadero arrepentimiento otorgado por el Espíritu Santo, es un regalo espiritual que impacta el núcleo de tu vida, afecta tu voluntad y emociones y te lleva a realizar cambios (grandes o pequeños) que te acercan más a Jesús.
La enciclopedia bíblica Baker se refiere a la palabra arrepentimiento como un cambio de toda personalidad desde un curso de acción pecaminoso hasta Dios.
¿Por qué tendría que ser tan radical? Jesús mismo responde a esta pregunta en Mateo 15:19 Porque del corazón salen los malos deseos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias.
La prueba
Si el arrepentimiento es algo tan profundo como la fe, ¿cómo podemos saber si estamos verdaderamente arrepentidos? Un examen de corazón a la luz de la siguiente pregunta puede ayudar: ¿quién decide lo que es mejor, correcto y bueno para tu vida?.
Si sobre tu pensamiento está “tu nombre” entonces estás fallando en arrepentirte, pero si está Jesús tu corazón está más cerca de una actitud de arrepentimiento, porque te has dispuesto a ser corregido y re alineado por Dios mismo.
El pacto
A través de toda la Biblia Dios compara su relación con la humanidad a la de un matrimonio en el cual él se revela como esposo fiel (fiel hasta el final) y en Efesios 5 hay un cuadro muy claro de esto cuando el autor hace referencia a dejar la casa de los padres para unirse a la esposa y a amarla al punto de entregar la vida por ella.
Cuando un esposo ama de esta manera no daría a su esposa un regalo que la dañara, por eso es importante que la Iglesia entienda la importancia del arrepentimiento en su relación de pacto con Dios.
Arrepentimiento en la relación de pacto que tiene la iglesia con Dios, hace referencia a romper con todas las relaciones anteriores a esta, todo lo que ocupó en nuestro corazón el lugar de Dios y que causó que Cristo tuviera que ir a la cruz para traernos de vuelta.
Arrepentimiento en la relación de pacto que tiene la iglesia con Dios
La evidencia
Hay quienes acusan el tema del arrepentimiento extremista y de deformar la imagen de un Dios que en esencia es bueno, sin embargo, la Biblia muestra claramente que uno de los objetivos de la bondad de Dios es llevarnos al arrepentimiento, la Biblia dice: ¿No te das cuenta de que menosprecias la benignidad, la tolerancia y la paciencia de Dios, y que ignoras que su benignidad busca llevarte al arrepentimiento? Romanos 2: 4 (RVC).
Para aquellos que creen que el llamado al arrepentimiento era solo para las personas del Antiguo Testamento, Juan el Bautista, la voz que preparó el camino para la primera venida de Jesús contradice este pensamiento: y decía: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 3:2 (RVC).
Un llamado que Jesús mismo reiteró decía: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17 (RVC) en varias ocasiones. Jesús comenzó entonces a reprender a las ciudades donde había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido. Mateo 11:20 (RVC).
Jesús sigue diciendo, ¡Pues yo les digo que no! Y si ustedes no se arrepienten, también morirán como ellos. Lucas 13: 3, 5 (RVC).
Después de que Jesús entrenó a los 12 discípulos durante alrededor de año y medio los envió a predicar, y su mensaje era el mismo: “Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera”. Marcos 6:12 (RVC).
El arrepentimiento fue también un tema clave de las parábolas de Jesús, un ejemplo claro es la historia del rico que le pide al pobre lázaro que regrese para testificar a su familia de la importancia de arrepentirse: Y aquel contestó: “No lo harán, padre Abrahán. Pero si alguien de entre los muertos va a ellos, sí se arrepentirán.” Lucas 16:30 (RVC).
Imagen tomada de https://www.veniracristo.org
La iglesia primitiva
Si has pensado que la venida del Espíritu Santo modificó el mensaje, te equivocas, pues Pedro justo en el Pentecostés reiteró esta necesidad cuando le preguntaron ¿qué debían hacer para ser salvos? Y Pedro les dijo: “Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo”. Hechos 2: 38 (RVC).
Tan necesario es el arrepentimiento que ni siquiera la gracia lo anula. Esto es comprobado por Pablo, el apóstol que recibió la revelación de la gracia para los gentiles: si no que comenzando por los que viven en Damasco y en Jerusalén, y siguiendo por los que viven en Judea, sin pasar por alto a los no judíos, les anuncié que debían arrepentirse y volverse a Dios, y demostrar con sus hechos que realmente se habían arrepentido. Hechos 26:20 (RVC).
El deseo de Dios
El arrepentimiento es una palabra hermosa. Es el lugar en el que podemos encontrarnos en el abrazo perdonador de papá, el arrepentimiento es el deseo de Dios para todo ser humano “que ha pasado por alto esos tiempos de ignorancia, ahora quiere que todos, en todas partes, se arrepientan”. Hechos 17:30 (RVC).
El arrepentimiento visible, en cambio de acciones es la muestra y base de una fe genuina. Si alguien dice que cree, pero se niega a arrepentirse su fe no es verdadera, pues no ha decidido vivir la vida de Dios, sino su propia vida.
Dios no es injusto, no significa que una vez una persona se arrepiente y es salva automáticamente, debe dejar de hacer todo lo que le ofende a Dios, porque no es un conocimiento que se adquiere de forma instantánea. La idea es que, en obediencia al Espíritu Santo, esa persona comience a moverse cada vez más cerca del corazón de Dios.
Dios no es injusto, no significa que una vez una persona se arrepiente y es salva automáticamente, debe dejar de hacer todo lo que le ofende a Dios
Volviendo a la ilustración de nuestra relación con Dios como la de un matrimonio, sabemos que el hecho de que los novios vayan al altar no significa que en su vida matrimonial no habrá desacuerdos, sino que existe un deseo mayor de vivir juntos y en paz.
El corazón arrepentido dice “no te ofenderé a propósito, pero si lo hago correré a pedirte perdón porque quiero estar bien contigo”.
Al conocer a Cristo, sabemos que cuando se trata de perdonar él es el más feliz de hacerlo, de lo contrario no nos hubiera ordenado perdonar hasta 7 veces es un día a la misma persona. Saber esto nos da confianza para regresar a su misericordia las veces que sea necesario, lo cual también implica humildad de corazón.
Si el arrepentimiento solo tuviera que ocurrir en un no creyente, Jesús resucitado no le habría pedido arrepentimiento a 5 de las 7 iglesias en el libro de Apocalipsis.
Dos clases de tristeza
Todo corazón humano tiene la capacidad de entristecerse por haber obrado mal y, sin embargo, no cambiar en absoluto; es la tristeza que produce muerte, la que definió el final de la vida de Judas y el rey Saúl, pues “la tristeza que proviene de Dios produce arrepentimiento para salvación, y de esta no hay que arrepentirse, pero la tristeza que proviene del mundo produce muerte”. 2 Corintios 7:10 (RVC)
Tu corazón roto, la incomodidad de estar lejos y de haberle fallado de nuevo, esa es la esencia del arrepentimiento genuino que el Espíritu Santo regala.
La diferencia es sutil, pero esta pregunta te ayudará a definirla: ¿cuál es el enfoque de tu tristeza?, si pensaste que eres tú, porque lo que perdiste fue por tu mala acción, lo que tendrás que pagar o la vergüenza que tendrás que pasar, no estás arrepentido, solo tienes remordimiento, en cambio, si pensaste en Dios, tu corazón roto, la incomodidad de estar lejos y de haberle fallado de nuevo, esa es la esencia del arrepentimiento genuino que el Espíritu Santo regala.
El resultado
¿Qué produce el arrepentimiento? Pablo lo describe claramente en la misma carta que escribió a los Corintios, desmenuzamos las consecuencias a continuación, como si se tratara de una receta:
- Diligencia: urgencia, fervor, celo por lo que Dios ama.
- Vehemencia: el deseo de disfrutar una auténtica comunión con Dios.
- Indignación: Fuerte oposición con lo que Dios juzga. Odiar lo que Dios odia,
- Preocupación: miedo, terror, respeto por Dios
- Temor al Señor: intimidad, sabiduría, conocimiento, entendimiento. No se trata detener miedo de Dios, sino de temer estar lejos de Él.
Imagen tomada de http://estudio-biblico.cmvida
“¡Fíjense! Esta tristeza que provino de Dios, ¡produjo en ustedes preocupación, el deseo de disculparse, indignación, temor, vehemencia, celo, y deseos de hacer justicia! Es evidente que en este asunto ustedes no tuvieron la culpa”. 2 Corintios 7:11 (RVC).
Satanás no quiere que te arrepientas porque eso te llevará a estar más cerca de Dios que antes, volverás a tener comunión con él y escucharás su voz de forma fresca.