Samuel Pagán: Descubriendo al Gran Yo Soy

Samuel Pagán: Descubriendo al Gran Yo Soy

 

Samuel Pagán es un teólogo, predicador, traductor evangélico y escritor puertorriqueño quien ha vivido en hogar cristiano desde muy temprana edad, hace parte de la tercera generación de evangélicos, y su abuela por ejemplo, fue la primera mujer ordenada al ministerio en 1920 como predicadora en la iglesia metodista en América Latina.  Sus figuras maternas siempre le inculcaron irse a dormir con la promesa  “en paz me acostaré y así mismo dormiré porque sólo tú Señor estás conmigo”, lo que le ha representado un buen sustento para gozar de su vida familiar, ministerial y eclesiástica. 

Dedicado a vivir para Dios enteramente y trabajar en la Iglesia, hizo su pregrado como Ingeniero Químico, a la par que logró pertenecer a la Asociación Bíblica Universitaria (ABU), donde expande sus curiosidades y su apetito por estudiar y desmenuzar los contenidos bíblicos. Cuando estaba acabando la maestría en Puerto Rico, resultó también becado para cursar en la Universidad de Princeton una maestría de teología con especialidad en arqueología, en donde terminó de decidir su trayectoria evangélica por encima de los trabajos convencionales para dedicarse plenamente a las cuestiones de la iglesia. 

Tuvo la oportunidad de ser parte de la Escuela Rabínica de Jerusalén con un programa de Seminario Teológico Judío en Nueva York, colaboró en Miami con el director de traducciones de la Biblia del American Bible Society, y también hizo su primer doctorado en Literatura Hebrea con la Universidad de Columbia, cuya tesis se basó en el inicio de la literatura apocalíptica. A la fecha ha escrito cerca de 75 libros de diferentes temas bíblicos y teológicos, ha participado en varios proyectos importantes de traducción, ha preparado varias Biblias de estudio, y de hecho, la Nueva Versión Internacional la dirige en este momento con el respaldo del departamento y el comité de traducción.

Pagán es un benévolo creyente de un porvenir anclado a la sabiduría de Dios, lleno de felicidad e integridad, y además, alienta a sus estudiantes a construir un futuro sólido, familiar, estable e inquebrantable en el evangelio, a mantenerse en la iglesia, a hacer nuevas amistades, a disfrutar de ellas dentro de la congregación. Fiel defensor de que la persistencia a nivel personal se fortalece de la mano  del quehacer y la obra educativa cristiana, de servir genuina y desinteresadamente.

En el libro “Yo soy el que Soy” encontramos que hay un capítulo dedicado a Dios padre, ¿podrías decirnos qué pasa cuando no conocemos a Dios como padre?

Mira, Dios es Dios y todas las imágenes que nosotros tenemos de Dios representan algún componente importante para nosotros. En este libro trato de explicar cuál es la importancia de los nombres de Dios, que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Dios sigue siendo Dios independientemente de nosotros, pero nosotros lo llamamos de acuerdo a cómo nos sentimos, a como vemos los detalles y llamamos a Dios desde esa perspectiva. Si nos sentimos en medio de una guerra lo llamamos como el Señor de los Ejércitos, si nos sentimos huérfanos lo llamamos como Dios padre y la paternidad de Dios es importante porque lo que revela es su preocupación, su cariño por los seres humanos.

Recuerden que los padres en la antigüedad y el día de hoy también tienen una responsabilidad ante la sociedad ante la comunidad, pero sobre todo ante Dios de guiar a sus hijos por el carril de la justicia, de la misericordia, del perdón del amor de la paz, de la gracia de los valores cristianos. Llamar a Dios como padre no solamente es reconocer esos componentes extraordinarios de la divinidad, sino reconocernos como hijos porque descubrimos el poder transformador del amor paternal de Dios.

 ¿Cómo el estudio de los nombres de Dios lo ha ayudado a usted y a las demás personas en su relación con Dios, pero también en la relación con la familia (esposa e hijos)?

El identificarnos con un Dios que tiene una actitud paternal nos enseña a nosotros los varones a ser buenos padres, a ser padres responsables, a ser padres que escuchan a la esposa, que escuchan a los hijos, que cuando tienen que corregir lo corrigen no como un acto de revancha y no como fruto de un mal genio o como resultado de un mal rato. El proceso educativo requiere cariño, respeto, reconocimiento de la dignidad humana y eso nosotros lo aprendemos cuando descubrimos que eso es lo que hace Dios con nosotros en el proceso educativo. El reconocer a Dios como padre es reconocernos a nosotros como hijos, pero reconocer el resto de la humanidad como nuestros hermanos y hermanas, como personas que también son guiadas y tocadas por Dios para vivir de acuerdo con la santidad divina.

 ¿Cree que todo padre de familia y todo líder espiritual debería estudiar más los nombres de Dios?

 Sí, creo que sí. El estudio de los nombres de Dios no solamente nos habla de Él, no solamente nos habla de su divinidad, no solamente nos habla de eternidad, no solamente de la paternidad. El estudiar los nombres de Dios nos habla de nosotros mismos, de cómo nos sentimos en la vida, a veces, nos sentimos que tenemos a Dios en la mano, nos sentimos poderosos, fuertes, felices que nada nos detiene y que marchamos al futuro contra viento y marea, pero a los 10 minutos pasamos un mal rato y nos sentimos heridos o angustiados.

Conocer los nombres de Dios nos permite descubrir las diversas posibilidades que nosotros tenemos para llegar a Él e implorar su favor, en un momento que nos sentimos en medio de la oscuridad llamamos al Dios que es nuestra luz y nuestra salvación, en un momento que entendemos que la tierra se conmueve y que no tenemos un fundamento estable, llamamos el Dios que es nuestra roca, si nos sentimos enfermos llamamos al Dios que es sanidad, si nos sentimos que vivimos en un mundo lleno de falta de integridad llamamos al Dios que es Santo, el Santo de Israel, es decir que cada uno de los nombres de Dios nos permite a nosotros no solamente descubrir un ángulo de Dios que necesitamos en la vida, sino que nos da a nosotros herramientas para poder acercarnos con sencillez, con humildad, pero con sentido de esperanza para descubrir “citando al apóstol pablo” las cosas buenas gratas y nobles que Dios tiene preparado para aquellos que le aman.

 Ante el Estado las personas se identifican como “un número” ¿cómo el conocer los nombres de Dios puede transformar el pensamiento de la sociedad latinoamericana?

 Los seres humanos no son números, son individuos que tienen sentimientos y para Dios tienen gran valor, en la antigüedad el nombre no solamente el distintivo de la persona para ser conocido en la comunidad, el nombre revelaba su esencia, el nombre revelaba su naturaleza, el nombre revelaba lo más profundo de su ser, esto quiere decir, que cuando nosotros llamamos a Dios por sus diversos nombres estamos descubriendo de manera paulatina la extensión, la profundidad, lo grato de los nombres de Dios que revelan su esencia, por ejemplo, el nombre de Dios que nosotros tenemos es la Biblia Reina Valera Jehová, en otra Biblia Yhwh, que significa El Eterno, es decir, que al mencionar el nombre de Dios estamos aludiendo a su eternidad, porque posteriormente la Biblia expresa que Dios es el mismo ayer y hoy y por los siglos, es decir, que el conocer el nombre nos apunta, nos dirige hacia la comprensión de su naturaleza santa.

  ¿Cómo podríamos dar a conocer los nombres de Dios en nuestra vida cotidiana y también como labor evangelística para las personas que están afuera de la Iglesia?

 La mejor forma de evangelizar y presentar la naturaleza de Dios es viviendo el evangelio y el mejor sermón que uno da, es el que uno no tiene que hablar, es el que uno vive y actúa, pero si es necesario e importante hablar, les digo a los creyentes que para alguien que no conoce el idioma religioso, que no es consciente de la actividad eclesiástica, se los podemos mostrar desde una perspectiva poética y como América Latina en un continente que les gusta la poesía, como por ejemplo está Gabriela Mistral, Benedetti, Octavio Paz, Pablo Neruda, entre otros, en este mundo de poesía el uso de Salmos para la evangelización puede ser un buen recurso especialmente en ambientes universitarios.

Cuando voy a dar conferencias, generalmente comienzo a dialogar por el carril de la lingüística, la traducción de documentos antiguos, cómo funcionan los idiomas en la sociedad, cómo nos comunicamos y cómo el idioma revela los sentimientos humanos, en ese diálogo llegamos a la poesía porque la poesía es un idioma figurado es un idioma de más de un nivel de sentido y cuando descubrimos qué Dios es luz, por ejemplo, no solamente luz porque nos ilumina, sino que es luz porque nos crea,  porque el primer acto de creación de Dios (Génesis 1:1) sea la luz y fue la luz.

Cuando nosotros hablamos del Dios que es luz, lo que estamos diciendo que es un Dios que crea y ese Dios que crea, que nos creó por primera vez, tiene la capacidad y el deseo, el poder de crearnos una segunda vez, esto se conoce como una nueva criatura, una nueva creación, el que está en Cristo nueva criatura es porque las cosas viejas pasaron, es decir, que los nombres de Dios nos ayudan a afinar los procesos evangelísticos y una forma de hacer eso es a través de la poesía.

¿En una sociedad que está pensando tanto en la multitarea, hacer muchas cosas al tiempo y tener muchas opciones que significa para usted un solo camino?

 Recuerda que en hebrero “derek” significa es camino para tu caminar, pero también alude de manera poética al sentido de dirección en la vida, seguir el camino no es que tú tienes una brújula, es que tú vives de acuerdo a los valores y la enseñanza que ha recibido, seguir el camino es seguir a la altura de la gracia de Dios y que Jesús sea el único camino lo que quiere decir es que es la oportunidad que nos da Dios para descubrir el potencial que nosotros tenemos como seres humanos para llegar a hacer lo que Dios quiere que nosotros seamos.

¿Qué mensaje les daría a esos hombres especialmente que son padres (sacerdotes del hogar) pero también a los solteros que no han incluido el estudio de las escrituras, el estudio de los nombres de Dios en su tiempo devocional?

Les doy una palabra sencilla: Dios nos dio el modelo de cómo ser buenos padres, Dios nos dio el modelo de cómo ser buenas personas, Dios nos dio el modelo para vivir con integridad. Una vez descubrimos eso y comprendemos eso, lo vivimos y lo actuamos. La sociedad contemporánea necesita descubrir eso para tener mejores padres para nosotros, pero a su vez que nosotros seamos mejores padres